miércoles, 28 de julio de 2010

ELECCIÓN DEL NUEVO GOBERNADOR

Por: BENJAMÍN MAZA BUELVAS

No se ha expedido aún el decreto mediante el cual se convoca a elección del nuevo gobernador que regirá los destinos de los bolivarenses. Y ya existe una baraja amplia de candidatos de toda índole. En tales circunstancias, suelen llevarse a cabo toda suerte de reuniones de los representantes de los partidos y movimiento políticos, con el propósito de asegurar el respaldo de las maquinarias y armar las coaliciones tradicionales. Pero esta vez el pueblo elector, tiene el reto y la responsabilidad histórica de reflexionar y de elegir libremente la mejor opción; si no seguiremos sumidos en el marasmo de las improvisaciones, soportando estoicamente el continuismo de administraciones impuestas, escogidas en conciliábulos y carentes del más mínimo contenido social y humano.
En medio de la confusión y el desastre económico, social, ecológico, ético y político de nuestro departamento; existen reservas democráticas que permiten aseverar que el departamento sí tiene arreglo, y que bien vale la pena promoverlo y adelantar un proceso de construcción de políticas públicas que orienten, coordinen, lideren y articulen; la adopción transparente, coherente y contundente de los distintos compromisos que tiene el Estado para lograr la prosperidad de la gente. Lo que ha fallado hasta hoy; es el liderazgo, la sensibilidad social y la voluntad política de los administradores; porque este departamento merece ser gobernado con lujo de competencia.

En ese sentido, es ineludible rescatar la credibilidad, la legitimidad y la confianza perdida en los actos de gobierno. Si se elige un gobernador con las mejores calidades, con capacidad de transformar las costumbres políticas y administrativas existentes y con independencia mental para gobernar, seguramente no defraudará al pueblo; porque su gran compromiso será combatir el flagelo de la corrupción, la politiquería y el clientelismo. Además debe tener temple y carácter para disputarse en el ámbito nacional el espacio que nos ha ganado el centralismo asfixiante, por no aplicar el trabajo en equipos. Y tendrá imprescindiblemente, que encarar con éxito el desempleo, el subempleo y la informalidad galopante; la crisis de la salud y de la educación pública; la inseguridad ciudadana; superar la violencia, la desigualdad, la pobreza, los caros y malos servicios públicos, el desplazamiento forzado, la ausencia de equidad y justicia social, etc.

En consonancia con lo anterior, insto vehementemente a los ciudadanos bolivarenses, hacer un análisis minucioso y sensato, para discernir con claridad cuál es la mejor alternativa que colme las expectativas del pueblo, porque existe la percepción que los Gobernadores cuando son elegidos, sufren de amnesia y se olvidan como por encanto de las responsabilidades programáticas adquiridas con la ciudadanía, y sólo recuperan la memoria cuando quieren volver a aspirar a otra dignidad, usando la misma retórica y sofisma de distracción, en detrimento de los intereses superiores de la comunidad. ¡La ciudadanía tiene la palabra!

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